jueves, 23 de diciembre de 2010

LECTURA, con mayúsculas.

Llegan las vacaciones. Es el tiempo más apropiado para practicar la LECTURA con mayúsculas. Y Es que leer por placer, porque quiero divertirme, porque quiero vivir aventuras, porque quiero disfrutar de un buen libro hasta que me canse,... Practicar este tipo de lectura es más fácil en vacaciones: disponemos de más tiempo.

Acercarse a la Biblioteca Municipal. Pasar largos ratos al calor de un buen libro. Buscar hasta encontrar el que me apetece, sin compromiso. Dándose el lujo de observar, hojear y rechazar o escoger el que me apetezca.

Visitar las librerías en busca de ese libro que está esperándome, o el que me ha recomendado un amigo. Comprarlo y después... Buscar el sitio de mi casa en que me siento más a gusto, en el que nadie puede disfrutar como yo. Lejos de ruidos y de interrupciones. Ese sitio donde sé que puedo entregarme y adentrarme en la lectura sin vuelta atrás, donde el tiempo avanza muy deprisa, o retrocede, o se detiene. Ese tiempo que se hace infinito y que podemos saborear a cada instante.

El placer de acabar un libro de un tirón, no poder resistir a la tentación de seguir hasta terminarlo, hasta comprobar por dónde ha decidido llevarnos el autor, hasta ver su final.

El placer de saborear cada frase interesante, cada reflexión que el autor nos regala, y que ha estado atesorando ¿quién sabe? Probablemente durante largo tiempo. La libertad de imaginar a los personajes, los lugares, el tiempo a mi manera...

Eso es la LECTURA con mayúsculas.

Quiero regalaros las palabras que nuestro reciente premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa pronunciaba en su discurso al recibir tan prestigioso premio:

"Aprendí a leer a los cinco años... Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar...

La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura...

Me gustaría que mi madre estuviera aquí, ella que solía emocionarse y llorar leyendo los poemas de Amado Nervo y de Pablo Neruda, y también el abuelo Pedro,... que celebraba mis versos, y el tío Lucho que tanto me animó a volcarme en cuerpo y alma a escribir...

Toda la vida he tenido a mi lado gentes así, que me querían y alentaban, y me contagiaban su fe cuando dudaba".


Felices fiestas y que lo leas bien.


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